El estrés y la ansiedad son experiencias comunes para muchas personas. De hecho, millones de adultos en todo el mundo dicen sentir estrés o ansiedad a diario.
Muchas personas se enfrentan al estrés todos los días. El trabajo, los problemas familiares, las preocupaciones por la salud y las obligaciones económicas son aspectos de la vida cotidiana que suelen contribuir a aumentar los niveles de estrés.
Es más, factores como la genética, el nivel de apoyo social, el estilo de afrontamiento y el tipo de personalidad influyen en la vulnerabilidad de una persona al estrés, lo que significa que algunas personas son más propensas a estresarse que otras.
Además, las investigaciones demuestran que los padres, las personas que ejercen profesiones como la asistencia sanitaria y el trabajo social, las personas de color y los individuos LGBTQIA son más propensos a tener mayores niveles de estrés.
Minimizar el estrés crónico de la vida diaria en la medida de lo posible es importante para la salud en general. Esto se debe a que el estrés crónico perjudica la salud y aumenta el riesgo de padecer afecciones como enfermedades cardiacas, trastornos de ansiedad y depresión.
Es importante entender que el estrés no es lo mismo que los trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, que requieren tratamiento por parte de profesionales médicos. Aunque los consejos que citaré a continuación pueden aliviar muchos tipos de estrés, es posible que no ayuden a las personas con estas afecciones.