El verano es una excelente época para moverse más: hay más horas de luz, hace calor y el cuerpo parece tener más energía. Sin embargo, entrenar con altas temperaturas también implica ciertos cuidados, especialmente si no eres un experto en el tema. Si eres joven y quieres mantenerte activo durante el verano, aquí te dejo algunos consejos clave.
Hidratación y rehidratación
El calor hace que perdamos más líquidos a través del sudor. Por eso, es fundamental tomar agua antes, durante y después de hacer ejercicio, incluso si no tenés sed. La deshidratación puede provocar cansancio, mareos, calambres o incluso golpes de calor. Lo ideal es tomar pequeños sorbos de agua cada 15 a 20 minutos mientras entrenás.
Después de entrenar, no alcanza solo con agua: también es importante reponer las sales minerales (como sodio, potasio y magnesio) que se pierden al sudar. Puedes hacerlo con bebidas deportivas, jugos naturales, frutas como banana o sandía, o incluso un poco de agua con limón y sal.
¿Cuándo es mejor entrenar?
Evita hacer ejercicio en las horas más calurosas del día, que suelen ir de las 11 de la mañana a las 5 de la tarde. Lo mejor es entrenar temprano a la mañana o al atardecer, cuando baja la temperatura. Además, si entrenas al aire libre, busca lugares con sombra y usa ropa liviana, de colores claros y transpirable.