Nos gustan los retos. Nos motivan. Nos ayudan a entrenar. Entrenar por entrenar, ¿qué sentido tiene? Entrenamos para estar en forma y adelgazar, entrenamos para participar en una carrera de 10 kms. entrenamos para nuestro primer triatlón, entrenamos para hacer record en la maratón… Siempre hay un motivo que hace que nos calcemos un par de zapatillas y empecemos a correr.
Y normalmente este reto va acompañado de un objetivo. Al gusto del consumidor:
- Bajar de 50 minutos en los 10 kms.
- Hacer mi primer maratón y terminar entero.
- Hacer mi propio record en la maratón.
- Ayudar a mi pareja a hacer su primera carrera de 5 kms.
- Hacer mi primer triatlón sprint.
- Hacer la mínima en la media maratón, para poder ir a Nueva York a hacer la maratón.
- Iniciarme en las carreras de montaña.
- Hacer de liebre a mi hijo que va a correr su primera carrera.
- Ser capaz de ponerme a correr a los 40 años cuando nunca antes había hecho nada de deporte.
- Participar en la carrera contra el cáncer.
- Participar en la San Silvestre disfrazado y con los amigos haciendo fotos y grabando un video.
- Quiero entrenar para los 10 kms y perder peso.
- Salgo de una rehabilitación dura y quiero entrenar para poder participar en alguna carrera y demostrarme a mi mismo que soy capaz.
- Me juré que si aprobaba el examen empezaría a correr.