Ya hace tiempo que los entrenamientos HIIT (entrenamiento interválico de alta intensidad) se están postulando como una de las mejoras formas de adelgazar y ganar condición física.
Y es que tienen 2 grandes características que lo hacen muy atractivo:
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Se realizan en entrenos muy cortos
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Los podemos hacer en casa y sin material
Así que no hay excusas de tiempo ni dinero.
Y es que el HIIT bien aplicado, nos permite:
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Congestionar al máximo el músculo y hacer que crezca
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Mejora el metabolismo de grasas
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Aumenta la capacidad antioxidante
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Mejora el metabolismo de los carbohidratos
Errores al hacer HIIT
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Hacer fuerza y no un HIIT
El ir a una sala de fitness y empezar a hacer una rutina de pesas, eso no es HIIT. Con las pesas, normalmente, buscamos el fallo muscular, mientras que con los HIIT buscamos umbrales aeróbicos altos.
El trabajo de pesas suele ser analítico mientras que los HIIT son globales e implicamos prácticamente todo el tiempo el cuerpo entero y de ahí que sea fácil llegar a umbrales aeróbicos altos.
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No entrenar a suficiente intensidad
No es agradable entrenar a intensidades máximas y submáximas. En gente ya deportista ya saben lo que es entrenar ahí, pero aún así, es «incómodo» aguantar mucho tiempo a esas intensidades. Y en gente sedenteria, realmente es díficil poder entrenar a una intensidad adecuada.
Además, muchas veces la intensidad va ligada a la velocidad de las repeticiones. Y esto implica ejecutar técnicamente bien los ejercicios. Y eso no lo sabe hacer todo el mundo.
Para poder hacerlo bien, es necesario entrenar con progresión. Empezando con ejercicios o entrenos simples y poco a poco ir incrementando la velocidad, hasta que seamos capaces de realizar una sesión HIIT a alta intensidad. Y de paso estaremos trabajando la parte mental, tan necesaria para este tipo de entrenamientos.