Al igual que los grados centígrados sirven para medir la temperatura, o los kilómetros por hora la velocidad, la cantidad de energía almacenada en un nutriente se mide en calorías. En realidad, una caloría es la cantidad de energía necesaria para elevar un grado centígrado, un gramo de agua.
En la nutrición y el ejercicio físico, la medida utilizada para medir la energía de un alimento, la energía consumida durante un día, etc. es la kilocaloría (Kcal.), que en realidad son 1.000 calorías. Cómo norma general, cuando se refiere a la energía consumida o gastada hablaremos de Kcal., aunque en algunos relojes y etiquetas se indique en calorías.
La importancia relativa de las calorías
Las calorías nos sirven para determinar cuanta energía consumimos y gastamos. Las calorías de una dieta representan la energía que nos aporta ésta dieta, mientas que las calorías gastadas durante la actividad física nos indica cuanta energía hemos consumido haciendo ejercicio.
Los alimentos en el organismo son descompuestos para liberar la energía almacenada en ellos (calorías de un alimento). El proceso de descomposición de éstos alimentos para liberar su energía se conoce como metabolismo.
El número de calorías que debemos ingerir depende de muchos factores: el sexo, la edad, la altura, la frecuencia cardíaca, la masa muscular, el metabolismo, etc. por lo que resulta poco interesante, desde mi punto de vista, hacer dietas contando calorías. Igualmente pasa con el gasto calórico que nos calcula el pulsómetro, ya que aunque introduzcamos el peso, la edad, y la frecuencia cardíaca, el aparato desconoce nuestra función hormonal, nuestro porcentaje de masa muscular, etc. Por lo que, aunque sirvan de referencia para comparar el gasto calórico de nuestros entrenamientos, nuestra dieta nunca se debe basar en las calorías que nos marca el pulsómetro. Además, el consumo calórico del ejercicio se extiende varias horas más allá que el momento del ejercicio. Para poner un ejemplo, durante la Cavalls de Vent gastamos miles de calorías (ahora no lo recuerdo) que apenas se reflejaron en mi peso corporal, mientras que los días siguientes mi peso disminuyó un kilo por día, y eso que comía como un animal.