Tomar la decisión de empezar a hacer ejercicio puede ser un desafío, especialmente para aquellas personas que llevan una vida sedentaria, tienen sobrepeso y no están acostumbradas al deporte. Si te encuentras en esta situación, es natural preguntarte si es mejor empezar corriendo o caminando. Ambas opciones tienen sus pros y contras, y la mejor elección dependerá de tus objetivos, tu condición física y tus preferencias personales.

Correr: pros y contras

Pros:

Quema de calorías: Correr es una de las actividades físicas que más calorías quema por minuto. Si tu objetivo principal es perder peso rápidamente, correr puede ayudarte a crear un déficit calórico significativo.
Mejora cardiovascular: Correr mejora rápidamente la salud cardiovascular, fortaleciendo el corazón y aumentando la capacidad pulmonar.
Liberación de endorfinas: Correr produce una gran liberación de endorfinas, las llamadas “hormonas de la felicidad”, lo que puede mejorar tu estado de ánimo y reducir el estrés.

 
Contras:

Alto impacto: Para personas con sobrepeso, correr puede ser duro para las articulaciones, especialmente en las rodillas y los tobillos. El impacto repetido puede aumentar el riesgo de lesiones.
Fatiga rápida: Si no tienes experiencia, es probable que te sientas fatigado rápidamente al correr, lo que puede desmotivarte.
Requiere condición física: Comenzar a correr sin una base de resistencia puede ser desalentador y hasta peligroso si no se hace con precaución.

Andar: pros y contras

Pros:

Bajo impacto: Caminar es una actividad de bajo impacto, ideal para personas con sobrepeso o problemas articulares. Es menos agresivo para las rodillas y los tobillos, lo que reduce el riesgo de lesiones.
Accesible para todos: No necesitas una condición física específica para empezar a caminar. Es una actividad fácil de realizar y se puede hacer en cualquier lugar.
Quema calorías: Aunque no quema tantas calorías por minuto como correr, caminar durante periodos prolongados puede ser muy efectivo para la pérdida de peso, especialmente si se acompaña de una dieta equilibrada.
Menor riesgo de lesiones: Como es una actividad menos exigente, el riesgo de lesiones es considerablemente menor en comparación con correr.

 
Contras:

Quema calórica moderada: Si bien caminar ayuda a quemar calorías, es menos eficiente que correr. Por lo tanto, puede requerir más tiempo para lograr los mismos resultados en términos de pérdida de peso.
Progreso lento: Para ver mejoras significativas en la condición física y la pérdida de peso, puede ser necesario caminar durante largos periodos y aumentar gradualmente la intensidad (como caminar rápido o hacer trekking).

Conclusión: ¿Qué es mejor para ti?

Si estás comenzando desde cero, especialmente si tienes sobrepeso y no estás acostumbrado al ejercicio, andar es generalmente la mejor opción para empezar. Es más seguro para las articulaciones, fácil de realizar y menos intimidante que correr. A medida que mejores tu resistencia y te sientas más cómodo, puedes intentar incrementar la intensidad, ya sea caminando más rápido, haciendo trekking en terrenos más difíciles, o combinando caminatas con breves periodos de trote.

Por otro lado, si te sientes preparado para un reto mayor y no tienes problemas articulares, correr puede ayudarte a alcanzar tus metas de pérdida de peso más rápido. Sin embargo, es crucial escuchar a tu cuerpo y no apresurarte. Un enfoque gradual, donde comienzas caminando y luego introduces el trote, puede ser la clave para una rutina sostenible y efectiva a largo plazo.