Cuando planificamos nuestra temporada o un reto en particular podemos basarnos en muchos modelos. A priori, no hay uno más válido que otro. Simplemente se trata de adaptarlo a nuestro día a día y a nuestra realidad.
En los deportes de equipo podemos planificar de una forma muy distinta que cuando se trata de un deporte individual (atletismo, tenis, triatlón…) . Si hablamos del fútbol sabemos que cada semana tenemos un partido y que la liga va a durar unos 8-9 meses. Es imposible estar las 38 jornadas al 100%, pero en función de en que momento nos interese más estar on fire, sabemos cuando podemos apretar más. En los deportes como el atletismo es un poco más difícil. Sabemos a lo mejor que en verano tenemos un mundial y en inverno el europeo indoor y que mi mejor puesta a punto deberá coincidir en estos dos eventos. Pero cuando hablamos de un deporte tan físico, nos es imposible estar al 100% en invierno y al 100% en verano. Normalmente los atletas que destacan en invierno, difícilmente destacan en verano. Así que ya os podéis imaginar. Tendremos que priorizar.
En el fútbol (como no sólo es un deporte físico), mi estado de forma lo puedo mantener varias semanas o incluso me puedo permitir el lujo de descansar alguna jornada, para así recuperarme y volver a estar a tope pocos días después.
En resumen, en el fútbol me marco unos objetivos semanales (a sabiendas de que puedo estar a tope durante muchas semanas) y en cambio en el atletismo a lo mejor sólo me puedo poner un objetivo y en unas fechas muy concretas (clasificarme para el mundial, bajar de las 3 horas en la maratón, ser campeón del mundo…), porque sé que sólo podré estar al 100% físicamente, durante un período de tiempo corto.
A todo esto, hay un modelo que utilizan muchos equipos de fútbol. El Barça, con su preparador físico Paco Seirul.lo a la cabeza, es uno de ellos. Es el modelo llamado ATR.
- Acumulación
- Transformación
- Realización.
Este modelo lo podríamos utilizar para cualquier modalidad deportiva. Pero como digo, hace falta adaptarlo. En el futbol podemos tener un objetivo final (ganar la liga), pero para ello deberemos conseguir el mayor número de puntos en los 38 partidos ligueros. Cada jornada es una competición. Competimos 38 veces al año (mínimo). Así que lo que hacen es aplicar el modelo ATR como si cada semana fuera una mini temporada.
Acumulación: Lunes y Martes: hago trabajo principalmente físico, separando los que jugaron el anterior partido y los que no. Trabajo de carrera, series, trabajo con pesas, hago un trabajo de base, pero sin ser muy intenso. Hago también trabajo de técnica, corrijo errores…
Transformación: Miércoles y Jueves. Hago un trabajo más intenso, parecido al que me voy a encontrar en el fin de semana. Recreando situaciones reales de partido. Ideal jugar un partido amistoso contra nuestro filial o contra un equipo de menor calidad.
Realización: Es donde materializamos todo lo que hemos entrenado durante la semana.
Evidentemente el bloque de Acumulación no será igual para todos los jugadores ni será con la misma carga de trabajo en septiembre que en abril. Y debemos tener en cuenta que como todo deporte colectivo, la táctica y la técnica debemos saber integrarla también en la preparación física. Cada semana habrá que entenderla dentro del contexto de su mesociclo correspondiente, y este, dentro de su macrociclo.
Pero un runner o triatleta también podría coger el modelo ATR para preparar su reto. Imaginemos que queremos correr una media maratón de aquí 3 meses.
Acumulación: 1er mes. Trabajo de resistencia aeróbica. Trabajamos en torno a nuestro 70% aprox. Trabajamos nuestra técnica de carrera. Vamos entrenando más kms cada semana. Puedo hacer algún trabajo de series, pero con poco volumen y con descansos “elevados”
Transformación: 2º mes. Me puedo permitir un respiro en la primera semana (llevo 4 in crescendo). El resto de las 3 semanas, van a ser duras, intensas. Con trabajo de series, cambios de intensidad y procurando participar en una carrera que me la tomaré como un entrenamiento. Si puede ser una media maratón, perfecto. El objetivo no será el tiempo puesto que no estaré fresco de piernas, sino el trabajar volumen, a un intensidad lo más alta que pueda (de hecho el mejor entrenamiento es la propia competición).
Realización: Será la propia competición. Intentaremos llegar frescos de piernas y todo lo finos que podamos. A lo mejor en una media maratón con 7-10 días de tappering nos bastará y así podremos alargar algo más el bloque de transformación.
A veces, este modelo ATR es difícil y duro de seguir. Puede haber un runner que se marque como objetivo prioritario una Half dentro de 8 meses y entremedio a lo mejor tiene ganas de hacer medias maratones, alguna duatlón, alguna triatlón, incluso una maratón. Y eso nos puede hacer sobrecargar justo cuando estamos en un período que no toca. Y cualquier lesión, imprevisto o incidencia nos puede hacer variar nuestros entrenamientos. Lo óptimo será planificar lápiz en mano las grandes trazas de nuestra preparación, las líneas maestras (cuando debo hacer entrenamientos intensos, cuando suaves…) y a partir de ahí adaptarnos a cualquier contingencia.