“Un deportista, independientemente de si hace ejercicio físico sólo por diversión o para mantenerse en forma, como si es de élite o profesional, no tiene que seguir unas pautas alimenticias demasiado diferentes de las que debería seguir una persona sana que quiera mantenerse en forma, comiendo de una forma correcta y equilibrada. Deberá, eso sí, tener en cuenta el cumplimiento de las reglas básicas”.
Es una cita del libro de José Mª Odriozola, presidente de la Federación Española de Atletismo y Catedrático de Bioquímica en la Universidad Complutense de Madrid, titulado Nutrición y Deporte. Ed. Eudema.
De esta cita se hace eco Abel Mariné, profesor emérito de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Barcelona, en un articulo (en catalán) cuyo nombre es bastante sugerente: Ramaderia i esport (Ganadería y deporte).
Mariné intenta comprender el porqué del doping a través de la reciente Operación Galgo. Ve a Odriozola como una persona experta que entiende perfectamente las implicaciones morales y las científicas de lo que significa el dopaje y sus consecuencias fisiológicas y toxicológicas para los atletas que buscan ayudas ilícitas para ganar y batir récords. Además, y según el mismo Odriozola en su libro, afirma que el único secreto para conseguir una mejora de rendimiento de nuestro organismo es un entrenamiento eficaz que estimule el aumento de la capacidad funcional de forma natural, y que la mayoría de suplementos no favorecen ningún proceso por encima de lo normal. La policía y la justicia obviamente serán quienes determinen la culpabilidad de los acusados y de los que aún no lo están, si es que los hay. Pero Mariné da muestras de una fina ironía cuando dice que “Odriozola, parece que no se daba cuenta de lo que pasaba”.