Ya empieza a ser sospechoso que tantos futbolistas jóvenes de élite sufran de pubalgia. Nico Williams, Lamine Yamal y ahora Franco Mastantuono son síntoma de que algo no se hace correctamente. Y es que jugadores que ya con apenas 15-16 años entrenan como profesionales (carga de trabajo, número de entrenos…), puede llevar a este tipo de lesiones que en condiciones normales aparecen en el último tercio de vida deportiva de un jugador.
Ya en su momento, Manu Torres, en este mismo blog, publicó un artículo muy bueno sobre este tema.
La pubalgia, también conocida como osteopatía del pubis o síndrome de dolor inguinal, es una lesión frecuente en deportistas, especialmente en futbolistas, que se caracteriza por un dolor persistente en la zona del pubis, la ingle o la parte baja del abdomen. Se produce por una inflamación o sobrecarga en la unión de los músculos abdominales, aductores y el hueso púbico, resultado de un desequilibrio entre estas estructuras.
Causas y mecanismos
La pubalgia suele generarse por microtraumatismos repetitivos en la pelvis debido a movimientos explosivos y desequilibrados típicos del fútbol: cambios bruscos de dirección, chutes potentes, sprints y giros constantes. Estos gestos provocan una tensión excesiva entre los músculos abdominales (que tiran hacia arriba) y los aductores (que tiran hacia abajo), generando una tracción en el pubis que, con el tiempo, deriva en inflamación, dolor e incluso degeneración del tejido.
Otros factores contribuyentes son:
-
Desequilibrios musculares (por ejemplo, aductores más fuertes que abdominales o viceversa).
-
Deficiencias en la técnica o en la preparación física, especialmente del core.
-
Sobrecarga de partidos y entrenamientos sin tiempo suficiente de recuperación.
-
Superficies duras o calzado inadecuado.
-
Alteraciones biomecánicas, como dismetrías en las piernas o debilidad en la musculatura estabilizadora de la cadera.
Prevención
La prevención se centra en la fortalecimiento equilibrado de la musculatura del core, pelvis y aductores, el control de cargas y la corrección postural y técnica. Un buen programa de prevención incluye:
-
Ejercicios de estabilización lumbopélvica y control del core.
-
Trabajo de fuerza compensatoria (aductores, glúteos, abdomen profundo).
-
Estiramientos regulares y movilidad de cadera.
-
Planificación adecuada de entrenamientos y descanso.
-
Detección precoz de molestias para evitar que se cronifiquen.
Por qué afecta a jugadores jóvenes de élite
Cada vez más futbolistas de 17 a 20 años sufren pubalgia porque alcanzan la élite en plena etapa de maduración física incompleta. Su musculatura y estructuras óseas aún se están adaptando al esfuerzo profesional. Además, los calendarios exigentes, la alta intensidad de los entrenamientos y la presión por rendir al máximo desde edades tempranas incrementan el riesgo.
A menudo, estos jóvenes priorizan el rendimiento inmediato sobre la prevención y el trabajo compensatorio, lo que genera desequilibrios musculares y sobrecargas. En resumen, la combinación de un cuerpo aún en desarrollo, una carga competitiva extrema y una preparación física insuficientemente personalizada convierte a la pubalgia en una lesión cada vez más común entre los talentos emergentes del fútbol profesional.
