Ya he hablado en más de una ocasión del tema dopaje en el mundo del deporte. Tanto en el ámbito amateur como en el profesional. A mi entender básicamente los problemas radican en 3 puntos:

• Presión por parte de la sociedad/aficionados en mejorar marcas continuamente, hacer récords
• Por contra de lo que pueda parecer, se hacen pocos controles
• Los intereses económicos que hay detrás de todo ello

Esta semana hemos conocido otra redada contra el tráfico de sustancias dopantes. Más de 14 detenidos en la conocida “Operación Pértiga” y que se ha llevado a cabo en varios puntos de la geografía española. Uno de los detenidos es Pedro Pablo Nolet, bicampeón español de los 100 mts lisos, en los 90. De hecho, el propio centro de Nolet fue uno de los focos en los que se centró la redada.

Es ingente la cantidad de dinero que se mueve en estos círculos e increíble la omertá y la hipocresia. Porqué volvemos a lo de mismo: ¿Somos conscientes de que realmente el dopaje es algo inherente en el deporte y que afecta a todas las esferas del deporte? ¿Somos conscientes de que la mayoría -por no decir todos- de los que lo viven desde dentro saben que el dopaje es algo generalizado?

La respuesta es sí. Entonces, ¿Por qué no se dice nada?

Cogemos la lista de los 10 primeros clasificados del Tour del 2005 (por poner un ejemplo) y los 10 fueron sancionados en alguna ocasión por dopaje. ¿Y dónde está el undécimo? Pues callado. ¿Y por qué? Pues por qué seguramente iría igual que los 10 primeros.

Todos callan y cuando pescan a alguien, continúan callando. O aquí van todos igual o bien que cada palo aguante su vela y nadie quiere meterse en líos, aunque vaya limpio.

El caso de Nolet es uno más. Sangrante, pero uno más. Como he dicho al principio, fue bicampeón español de los 100m mts lisos y olímpico en Atlanta ’96. Su mejor marca fue de 10″35. Pero es que estando retirado y ya con 44 años, participa en los campeonatos de veteranos con marcas muy parecidas a las de profesional. Incluso se pavonea delante de otros atletas, afirmando que entrena 6 día en el gimnasio y 1 día en pista. Y aún así, sus marcas, a sus 44 años, son excelentes.  Debido a tanto gimnasio y a productos anabolizantes, Nolet tiene ahora un físico mucho más grande que cuando competía a nivel profesional. Los mismos atletas con quien compite ahora afirman que es algo antinatural tener ese cuerpo y encima ser velocista. Era tan superior que cantaba a lo lejos.

Y es que cuando hablamos de deporte amateur veterano en el que hay muchos ex-deportistas de élite, la cosa se complica.

La misma Agencia Española de la Salud en el Deporte, afirman que son conscientes del dopaje a estos niveles de amateurismo en veteranos. Pero que poco pueden hacer. Se dedican a hacer campañas preventivas , pero los controles son caros y apenas se hacen. Y aunque hablemos de categorías de veteranos, siempre hay dinero por medio. Muchos ex-deportistas de élite van fuertemente pagados por sponsors privados, ganan dinero por ganar estos campeonatos…, así que la dinámica viene a ser la misma que cuando eran profesionales. Ganar, ganar y ganar. Si ganan, los patrocinadores estarán ahí, y además, con la ventaja de saber que en estas categorías no hay apenas controles. Si en el mundo profesional en España, los controles son muy pocos, en la categoría veteranos ya son inexistentes. Y de eso se aprovechan los atletas.

El ganar (campeonatos y dinero), está por encima de la salud, para estos deportistas. ¿Pero qué se puede hacer cuando un deportista de 45 años se dopa, para ganar un campeonato amateur? ¿Lo sancionamos o lo enviamos directamente al psiquiatra?

Una anécdota que lo explica (casi) todo.

Ocurrió en 2014, en la San Silvestre de Salamanca. El ganador se llevaría 1200 euros. A media carrera 4 corredores iban destacados por delante de todos los demás. Los 4, amateurs. En el km 7, un aficionado chilla: ¡”Cuidado, que hay un control anti-doping en la línea de meta!”.

Se retiraron los 4.

PD. Nunca se hizo ningún control en dicha carrera. Nunca hay en este tipo de pruebas.