Ya es bien conocido por la sociedad que las actividades deportivas y el ejercicio producen beneficios muy positivos en el estado físico de las personas: reducción de la obesidad, de las enfermedades cardiovasculares y de muchos otros problemas de salud. Actualmente, hay un auge en la práctica de carreras de fondo, siendo practicada cada vez más por más y más personas. No obstante, correr también puede producir efectos negativos, como causar lesiones, especialmente en las extremidades inferiores. Son varios los estudios que se han dedicado a investigar sobre el tipo de lesiones con más incidencia en los corredores de larga distancia, en los entrenamientos y en la competición. Los resultados indicaron que la rodilla es la articulación que mas lesiones padecían los corredores de fondo con un rango que iba del 7,2% al 50%. Otras lesiones que padecían también, aunque con menos frecuencia, eran en el gemelo y el tendón de Aquiles (rango de 9% al 32,2 %), pies (rango de 5,7 % al 39,9 %) y parte superior de la pierna, isquiotibiales y cuádriceps (rango de 3,4 % al 38,1 %). La zonas con menos lesiones son las extremidades inferiores, los tobillos y las caderas, con un rango de 3,9 % a 16% y 3,3 % a 11,5 %, respectivamente (R.N Van Gent y col, 2007).
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