El agua es una sustancia líquida formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial para la vida, cubre aproximadamente el 71% de la superficie terrestre y el cuerpo humano está compuesto, en un 70%, por agua (varía con la edad e hidratación). Su consumo es imprescindible para el ser humano y podemos morir a los pocos días si no nos hidratamos.
La literatura médica común establece un consumo mínimo diario de 1 litro de agua al día en el caso de un varón adulto, aunque estas necesidades varían mucho según la edad de la persona, el sexo, la realización de actividad física (sudoración), la nutrición (alimentos como la fruta también contienen una gran cantidad de agua), u otros factores. En cualquier caso, la hidratación es imprescindible para la vida humana.
En la mayoría de las casas de los países desarrollados tenemos la suerte de tener agua potable para nuestro consumo diario. Muchos de nosotros, interesados en el cuidado de nuestra salud, nos decidimos por el agua embotellada o filtrada, aunque según un estudio americano el 22% del agua embotellada contiene sustancias químicas artificiales y marcas importantes como Coca-Cola ha reconocido que vendió, en el Reino Unido, agua del grifo como si fuera agua embotellada. A pesar de todo ello, por sabor y “feeling” algunas aguas embotelladas de nuestra tierra (rica en manantiales protegidos) me proporcionan mayor confianza que el agua de Barcelona, aunque reconozco que algunas zonas rurales tienen agua de gran calidad.