free web hit counter
El sistema inmune en el deportista

El sistema inmune en el deportista

0

Entre los que practicamos deporte, uno de nuestros grandes temores son las temidas “infecciones del tracto respiratorio”, conocidas por todos como resfriados, mocos, anginas… Numerosas publicaciones, tratan de estudiar y entender el funcionamiento del sistema inmune y su relación con la actividad física para poder establecer tratamientos efectivos, que permitan a los deportistas disfrutar de una salud de hierro.

Diariamente, todos, sin excepción, estamos en contactos con millones de virus y bacterias diariamente. ¿Si es así, porqué no todos reaccionamos igual enfrente éstos organismos reconocidos cómo “extraños” por nuestro sistema inmune (de defensa)? Todos conocemos aquél compañero de entrenamiento que cada año coge un catarro el 15 de octubre y no lo suelta hasta el 10 de marzo, o que cada primavera no puede salir a entrenar por miedo al polen o las flores. Tal y como reconoció Louis Pasteur (uno de los científicos, cuyas investigaciones tienen mas peso en la medicina actual) antes de morir: “el virus no es nada, el terreno lo es todo”. En otras palabras, “el terreno” es la capacidad de nuestro organismo para luchar y solucionar los “encuentros” con los elementos que nos rodean. Un gran número de elementos cómo la nutrición, el estrés o el ejercicio físico tienen mucha influencia sobre “el terreno”. La mal nutrición, el estrés mantenido o el ejercicio físico intenso pueden ser responsables de una disminución de nuestra actividad inmunitaria provocando que aparezcan alergias, infecciones de repetición u otras patologías mas graves. El ejercicio físico, en si mismo, es un estrés que inevitablemente lleva a una disminución temporal de nuestras defensas (no se puede coger fiebre mientras te persigue un león…).

Cómo reforzar nuestro sistema inmune

Todos tenemos en nuestras manos, herramientas que nos permiten reforzar nuestro terreno.

  • Cuidar nuestro sistema digestivo: el 70-80% de nuestras defensas están en la primera línea de contacto de nuestro cuerpo con el entorno: nuestro intestino. Tener una dieta rica en fibra que permita el cuidado de nuestra flora bacteriana, moderar aquellos alimentos que pueden irritar nuestro sistema inmune cómo los lácteos o el trigo, y moderar el consumo de azúcares refinados (nutriente principal de hongos patógenos presentes en nuestro sistema digestivo) pueden ser una buena elección.
  • Consumir las cantidades suficientes de aminoácidos cómo la Glutamina o los BCAA. Numerosas publicaciones, demuestran la importancia de éstos aminoácidos para tener unas buenas defensas.
  • Tener una dieta rica en fruta y verdura, para aportar aquéllos minerales y vitaminas que participan de la actividad de nuestras células de defensa. Existen evidencias, entre las carencias nutricionales y las infecciones, cómo la relación entre la carencia de zinc y las infecciones con el virus Herpes Simple.
  • Utilizar casi a diario nutrientes medicamento, con el ajo, la cúrcuma… con una demostrada influencia sobre nuestras defensas.
  • Entrenamiento en ayunas: el entrenamiento con las reservas de glucógeno medio vacías provoca un aumento de las hormonas de estrés (cortisol y noradrenalina) durante el ejercicio, con la consiguiente caída en picado de los niveles de éstas hormonas cuando finalizamos el ejercicio. Esto permite restablecer los niveles normales de hormonas que pueden influir negativamente en nuestro sistema inmune. El entrenamiento con las reservas de glucógeno llenas también modula los niveles de estas hormonas, pero en menor medida.
  • Respetar los días de descanso. Una vez mas, el descanso aparece como uno de los elementos clave para permitir a nuestro organismo restablecer las funciones después de entrenamientos intensos e inmunodepresores.

Los síntomas que demuestran una actividad saludable de nuestro sistema inmune podrían ser:

  • La rápida solución de nuestros procesos inmunitarios. Dos días, una febrada y la curación a la vuelta de la esquina.
  • No tener infecciones bacterianas de las mucosas de forma recurrente: infecciones de orina, otitis, etc.
  • Bajada rápida del estrés (vacaciones) y 3 días en cama con una gripe. ¡Perfecto! Ésto es síntoma que la disminución de las hormonas de estrés se ha producido adecuadamente y ha permitido a nuestro sistema inmune activarse contra los patógenos, cosa imposible durante una situación “de peligro” de larga duración.

Sobre el autor

Andreu

Andreu

Me llamo Andreu López y soy Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Pionero en los entrenamientos personales online en España. ¿Nos ponemos en forma? www.preparadorfisicoonline.com

Deja un comentario