Con el confinamiento por culpa del Covid19 (coronavirus) todos los sectores empresariales han sufrido y están sufriendo. Pero de los que más están siendo castigados son los negocios de ocio nocturno, deporte y salud; pubs, discotecas, teatros, cines, conciertos, estadios deportivos, gimnasios… Por cuestiones obvias (negocios basados en la masificación de la gente), son los últimos en abrir e intentar un poco llegar a la normalidad (o nueva normalidad, como le llaman ahora). Y, o mucho cambian las reglas del juego, o aquí van a quebrar el 90% de estas empresas.

Pero centrémonos en los gimnasios. De momento, a fecha de hoy, no pueden abrir. O, mejor dicho, las zonas de España que se encuentren en zona 1, sí pueden abrir, pero con unas estrictas condiciones:

• Acudir en solitario y con cita previa
• Sólo se permite un aforo del 30% de ocupación
• Hay que venir cambiado. No podemos usar las duchas
• Hay que mantener las distancias físicas entre usuarios
• Se tomará la temperatura a todo aquél que acuda al gimnasio
• Será el mismo usuario quien desinfecte cada máquina después de ser usada

No queda muy claro el uso de piscinas dentro del propio gim. Lo que sí está claro es que espacios como la sauna, yacuzzi, baño de vapor…, estarán cerrados para el público.

Tampoco queda muy claro la obligatoriedad de usar guantes (para las mancuernas, máquinas) y mascarilla (sería un error puesto que con el esfuerzo tendríamos dificultados en respirar).

Visto lo visto, ¿Quién aceptará ir a un gimnasio? Obviamente habrá gente que el primer día que pueda ir irá a levantar hierros, hacer cardio o lo que sea.

La gracia de ir a un gim es que uno va a la hora que quiere o puede según su logística de ese día. Pero ¿y ahora? ¿Tenemos que pedir hora? O a lo mejor vamos al gim y una vez en la entrada nos dicen que el aforo está lleno. Eso dificulta el acceso. Además, no sabemos si estarán todas las máquinas, tampoco sabremos si podremos hacer nuestro entreno dentro del tiempo que queremos hacerlo.

Y el hecho de tener que venir cambiado y marcharse sin duchar va a complicar aún más las cosas. Mucha gente va al gim antes de ir a trabajar o en el parón del mediodía. Ahora eso, para muchos usuarios, no podrá ser si uno no se puede duchar en el mismo gim.

Muchos problemas para la mayoría de usuarios.

¿Y las tarifas? ¿Nos cobrarán el 100% desde el día 1? ¿O nos preguntarán si queremos darnos de baja? Por qué si resulta que para ir al gim estoy limitado en horario, espacios, duchas… no tiene sentido que pague la cuota completa. O lo mejor los usuarios podrían aceptar una rebaja del 50%.

Y podemos estar así meses. Eso, sin tener en cuenta que la mayoría de gente mayor que va al gimnasio (aquagim, estiramientos…), tendrá miedo por el covi19, y preferirá ahorrarse ir a un gimnasio que poca o mucha, siempre habrá gente (y sudando).

O sea, se avecina una bajada importante de usuarios de gimnasios con lo cual muchos negocios que dependen de ello deberán cerrar.

En la crisis del 2008, cadenas como el DIR (Barcelona), pudo mantener sus 15-17 centros abiertos, pero pasaron de 105.000 usuarios a 75.000. Y tuvieron que echar a 200 trabajadores. Ahora, mucho me temo que deberán cerrar más de un centro.