¿Cuándo debo competir?

Uno de los “problemas” que me encuentro a menudo, es cuando mis deportistas me explican los retos que desean realizar durante un período de tiempo determinado. No saben cuando deben competir. Me refiero a que muchas veces les tengo que decir que tengan los pies en el suelo. A mi no me gusta “prohibir” hacer una u otra prueba, pero hay ocasiones en las que hay que desaconsejar de forma vehemente algún reto. Y es que la mayoría (para no decir todos), empezaron a entrenar y a competir sin entrenador alguno con lo cual iban por sensaciones y por motivaciones. Hoy me preparado para un maratón, después para un medio maratón, más tarde un Ultra, luego me pruebo en un triatlón sprint, la semana siguiente repito un maratón porqué un amigo se ha apuntado y quiere que le acompañe…

Cuando no hay que competir

Hay casos y situaciones muy meridianos:

No podemos poner 2 retos de larga distancia a 3 o 4 semanas vista. O sea, no podemos meter un maratón y 3 semanas más tarde un ultra de 54k. O un Ironman y 3 semanas después un maratón.
4 semanas antes de un reto de larga distancia, no meter nada. No competir. Antes de un Ironman o un maratón por ejemplo, hay que hacer un buen tapering y eso no nos beneficia en nada si decidimos hacer un reto justo antes de este tipo de carreras
Si durante el último mes pre-competición he tenido problemas físicos y no he entrenado con regularidad será mejor abortar la carrera. El riesgo de lesión es altísimo. Y si la lesión es grave deberé estar varios meses parado. No me sale a cuenta.

Lo primero que le cuento a mis deportistas es que dividan su temporada en grandes retos/objetivos y objetivos secundarios. O sea, no pueden marcarse como retos principales el hacer su primer Ironman, hacer récord en el maratón de su ciudad y luego hacer un ultra de 80km compitiendo al máximo. Según como estén repartidos estas carreras seguramente las podamos hacer todas, pero tenemos que tener claro que no podremos ir al 100% en cara una de ellas. ¿Cuáles priorizamos?

Deberemos marcarnos unas competiciones principales. Somos amateurs así que cada uno tendrá sus objetivos. Algunos priorizaran su debut en un Ironman, otros buscaran marca en un 10k, otros simplemente completar una temporada sin lesiones y otros disputar la liga de triatlón de su CCAA, quedando lo mejor clasificados posible.

Lo que sí tenemos de tener claro es que, si tenemos retos importantes de larga distancia, tienen que estar bien espaciados en el calendario. Puedo salir a disputar 2 maratones si están a 6 meses de distancia el uno del otro. Pero por lógica no meteremos dos 42k en 2 meses.

Y si estamos hablando de retos de 10k, yo puedo meter 1 cada mes.

Pensemos que no podemos estar los 12 meses rayando a nuestro máximo nivel, así que, si tenemos 2 o 3 retos importantes durante el año, sabremos donde podremos apretar. Y el resto serán retos secundarios que nos los podemos coger como entrenamientos de calidad a sabiendas que no estaremos al 100%.
El hecho de tener bien marcado un calendario de competiciones secundarias, nos permitirá por un lado estar más motivados (entrenar por entrenar, sin competir, es muy duro) y por otro mejorar nuestro rendimiento. Si preparamos un 21k, no es mala idea hacer carreras de 10k, como un mero entrenamiento para la preparación de nuestro reto principal. Siempre nos será más motivante hacer un 10k con otra gente, en formato competición, que no como un entreno, yo solo, corriendo escuchando música.

Ya veis que podemos montar las cosas de muchas formas. Simplemente incido en un par de puntos:

No queráis meter muchas carreras durante el año.
Dividir el calendario entre carreras principales y carreras secundarias. Y mirando siempre que estén lo suficientemente espaciadas para evitar sobreentrenamientos, lesiones…