Como hemos venido comentando en anteriores posts, los entrenamientos interválicos de alta intensidad (HIIT), se han postulado como una forma ideal para perder peso. Son entrenamientos o ejercicios muy cortos, pero que nos permitirán quemar mucha energía durante las horas posteriores, cuando el cuerpo tenga que recuperarse del esfuerzo hecho. El ejercicio casi que es lo de menos; lo importante es como lo hacemos. Aún así, si optamos por hacer ejercicios que impliquen cuanta más musculatura mejor, eso nos ayudará más en nuestro objetivo de perder peso.
Normalmente uno opta siempre por hacer un tipo de ejercicio que conoce o bien que sabe que le gustará más o le motivará especialmente. Los HIIT los podemos hacer nadando, corriendo, pedaleando, remando, haciendo pesas, con nuestro propio peso corporal…
Este tipo de entrenos tienen sentido cuando realmente vamos al 100%. Pocos segundos, pero a tope. A muerte. Sobretodo para los que ya son gente que está acostumbrada a hacer deporte. Para los que se inicien seguramente no sea recomendable hacer un trabajo a máxima intensidad, pero si que podemos ir a nuestro 90-95%.
Cuanto mejor sea nuestra base aeróbica mejor nos irán los HIIT, pero esto no quiere decir que no podemos hacer HIIT si partimos de 0. En ese caso, haremos entrenamientos aeróbicos de duración media a media intensidad (para así ir ganando una base aeróbica), pero a la par podemos ir intercalando entrenamientos HIIT que nos ayudarán a perder peso de forma más rápida.