En uno de los últimos artículos de Pau, nos hablaba de la sobrecompensación. De hecho hablaba sobre la Hormesis y sobre el hecho de que un estímulo puede provocar unas adaptaciones negativas o positivas en función de la intensidad y duración de este.
En este caso la sobrecomensación sería una adaptación positiva.
¿Pero que es la sobrecompensación?
Para entendernos, la podríamos definir como la capacidad de nuestro cuerpo para incrementar su rendimiento después de un período de entrenamiento.
Ejemplo clarificador en un gimnasio:
Deportista que siempre hace bíceps con una mancuerna de 10 kilos. Viene un día y le damos una mancuerna de 12 kilos y hace su entrenamiento de bíceps. El día siguiente estará dolorido, con los brazos cargados. Estará fatigado y cansado. Le dejaremos descansar un par de días y al siguiente día que vuelva le volveremos a dar la mancuerna de 12 kilos. Y en esta ocasión realizará el entrenamiento de una forma más efectiva y el día siguiente no notará apenas molestias físicas (signo de que el reposo ha sido beneficioso para el cuerpo para regenerarse muscularmente y crecer en fuerza y tamaño).
Si en lugar de darle una mancuerna de 12 kilos, le hubiéramos dado una de 20, hubiera sido un estímulo negativo para nuestro cuerpo. Sería un estímulo tan grande que el cuerpo no estaría preparado para recibirlo. Por eso el post de Pau recalcando la importancia de ofrecer un estímulo justo al cuerpo que le permita ir creciendo poco a poco. Si le hubiéramos dado una mancuerna de 8 kilos, el cuerpo tampoco mejoraría su rendimiento. Sentido común.